Sexo falseado

Comentamos en una entrada anterior que sexo y tabú resultan unos compañeros de viaje de lo más extraños. Por un lado, porque mientras se insiste en decir constantemente que el sexo es un tabú, su propia insistencia, unida a un mínimo estudio de los discursos actuales en torno a ello, sirve para comprobar con meridiana claridad que no es cierto.

Por el otro, tal vez más sorprendente, porque al detenerse a examinar los contenidos a los que se hacen referencia cuando se dice sexo, sexual o sexualidad, se comprueba que rara vez están relacionados con el sexo sino con otras cuestiones. Periféricamente relacionadas en el mejor de los casos y muy distantes en el resto.

Lo que me lleva a coincidir plenamente con Jorge de los Santos cuando, en una tertulia de televisión con Efigenio Amezúa, dice: hablar de sexo hoy en día no es tabú, lo estamos haciendo ahora en horario infantil, pero el tabú sigue siendo el sexo. [Ver entrevista]

Entrevista - Jorge de los Santos - Amezúa

Esta aparente contradicción se resuelve cuando se comprueba que si en los tabúes «clásicos» el procedimiento habitual para entorpecer el pensamiento y estudio se ha basado en el silencio y la evitación, la estrategia aplicada en la actualidad con Sex se basa en el procedimiento contrario: la del ruido y la sobrepresencia.

Así, cuando se dice sexo, sexual o sexualidad, se puede llegar a estar hablando de reproducción de la especie, de besos, enfermedades, afectos, peligros, follar, abusos, placer, trastornos, embarazos, orgasmo, derechos, violencia, acoso, genitales, celos, etc., e incluso de determinados dispositivos de control, regulación y coerción social. Es decir, se emplea un mismo término para referirse a multitud de cosas. Pareciera, pues, que todo vale.

Por ello, cabe preguntarse si realmente es así, si no faltará algo y sobrará demasiado. Quienes nos detenemos en estas preguntas vamos descubriendo que sí que falta algo y que casi siempre se trata de lo mismo: cuando se dice sexo, sexual o sexualidad, falta Sexus.

Un ejemplo: cuando se dice que se habla de sexualidad, generalmente se habla de tantas cosas (obtención de placeres, prácticas con los genitales, normatividades, derechos,…) que, con semejante ruido y cúmulo de distracciones, se termina por no pensar ni hablar de la propia sexualidad. Esto es, la dimensión subjetiva que cada cual da a su hecho de ser sexuado en relación, y que no puede no darse.

De poco parece importar que el sufijo -idad, de sexual-idad, haga referencia a “la cualidad de” o que sexual signifique, ni más ni menos, “relativo a los sexos”.

Cuestiones éstas que se van sumando como oleadas y contribuyen a dibujar ese escenario que alimenta el tabú cuando se empieza a entorpecer el pensamiento y estudio sobre la cuestión de los sexos, sus identidades, relaciones y convivencias. Su propia inteligibilidad.

Un revelador ejercicio que pone al descubierto estos procesos consiste en comprobar la cantidad de palabras a las que se ha adosado el adjetivo “sexual”.

sexo falseadoTal y como sucedía con “sexualidad” se ha llegado a emplear el adjetivo sexual para (casi) todo: zona, violencia, violación, vigor, vida, víctima, vía, trastorno, transmisión, trabajo, tono, terapia, tensión, tabú, situación, servicio, salud, sádico, rutina, rubor, rol, revolución, respuesta, resignación, reproducción, represión, relación, rehabilitación, reasignación, química, pureza, punto de vista, proposición, problema, práctica, potenciador, postura, política, placer, perversión, persecución, pensamiento, patrón, partes, orientación, órgano, orden, opresión, olor, obseso, objeto, moral, mirada, mensaje, medicina, masoquista, maníaco, madurez, liberación, lenguaje, juguete, inversión, interés, intención, instinto, información, inapetencia, impulso, impotencia, imagen, identidad, humedad, hostigamiento, hormona, hormigueo, historia, higiene, hábito, gusto, guía, funcionamiento, función, frustración, frigidez, fracaso, fluido, feromona, fetiche, fantasía, explotación, experiencia, evolución, evaluación, estructura, estímulo, estilo, estereotipo, escena, encuentro, educación, diversidad, disfunción, discriminación, diosa, dimorfismo, diferencia, desviación, desorden, deseo, desempeño, descubrimiento, derechos, depredador, delito, delincuente, curiosidad, cultura, criterio, crimen, contenido, consultorio, conquista, conducta, coerción, clímax, cirugía, ciudadanía, chantaje, célula, campo, cambio, brutalidad, aventura, autoestima, atractivo, asistencia, asesoramiento, asalto, área, aprendizaje, apetito, angustia, ámbito, ambiente, alteración, aliciente, agresión, acto, actividad, acoso, abuso, aberración, etc.

Todas ellas, y muchas más, se adjetivan con mayor o menor frecuencia con “sexual”. De hecho, a cualquiera de éstas alguien le añade “sexual” y casi seguro algo le dice. Tal vez cosas distintas para uno u otra y posiblemente con cada término un significado diferente pero, en general, casi seguro estarán relacionados con la generación, los genitales, los placeres, la cosa del follar o su periferia.

Ahora bien, ¿cuántos de estos significados hacen referencia al hecho de ser sexuados y construirnos en relación en mutua referencia? ¿Cuántos hablan de la dimensión que cada cual da a su hecho de ser sexuado? Entonces, ¿quién y cuándo se piensa, habla, trabaja en torno a la construcción de los sexos como los hombres y mujeres convivientes y relacionales que desean ser? ¿Quién y cuándo se habla de sex con sexo?

La respuesta suele ser casi ninguna, casi nadie, casi nunca. Demoledor. A esto nos referimos cuando decimos que se nos impide acceder al sexo. Porque está escondido a plena vista. Parece que sí está (la partícula sex está en todos lados) pero no (el concepto de sexo no está en ninguno).

¿Y quién encuentra algo de sexo en ese vertedero? La verdad es que cuesta mucho… en esa nube de sobrepresencias cuesta mucho encontrar palabras como identidades, convivencia, proceso, biografía, diferencia, semejanza, caracteres, unicidad, etc.

Así las cosas, en la mano de cada cual está la decisión de seguir colaborando con la orwelliana tendencia de echar todo tipo de cosas a ese vertedero que se ha hecho del sexo o, pasar del morbo y entrar a pensar el sexo desde el sexo mismo, colaborando en el desescombrado en su parcela y con el margen de maniobra que tenga.

Hay sexo más allá de los genitales, los placeres, los orgasmos, los peligros, la patología y las miserias. Hay sexo más allá del tabú. Un sexo con sexo(logía). Un concepto de sexo que no está falseado y que tiene mucho que ofrecer.

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Referencias generales
Amezúa, E. (1979): La sexología como ciencia: Esbozo de un enfoque coherente del hecho sexual humano. I Semana de estudios sexológicos de Euskadi. Hordago, Donostia, pp. 13-27.
Amezúa, E. (1991): Retos actuales de la sexología. IV Congreso estatal de sexología. 13, 14 y 15 de diciembre. Generalitat Valenciana, Valencia, pp. 15-32.
Amezúa, E. (1999): Teoría de los sexos. La letra pequeña de la sexología. Revista española de sexología, Nº 95-96, Instituto de Sexología Incisex, Madrid.
Amezúa, E. (2003): El sexo: Historia de una idea. Revista española de sexología, Nº 115-116, Instituto de Sexología Incisex, Madrid. (Publicación completa en pdf).
Amezúa, E. (2006): Sexologemas: cuando los genitalia no dejan ver el sexoRevista española de sexología, Nº 135-136, Instituto de Sexología Incisex, Madrid.
Amezúa, E. (2012): Historia de una curiosidad: Sexus y Eros (el léxico, la metáfora y el concepto)Revista española de sexología, Nº 173-174, Instituto de Sexología Incisex, Madrid.
Landarroitajauregi, JR. (1996): El castillo de Babel o la construcción de una sexología del hacer y una generología del deber ser. Anuario de sexología, Nº 2, AEPS, Valladolid, pp. 5-32.
Landarroitajauregi, JR. (2010): Reflexiones cítricas para sexólogos avezados. Para una epistemología sexológicaRevista española de sexología, Nº 157-158, Instituto de Sexología Incisex, Madrid.
Malón, A. (2012): ¿El derecho a una educación sexual? Entre los discursos de salvación y la ausencia de conocimiento. Educatio XXI, 30 (2), pp. 207-228.
Money, J. (1991): Antisexualismo epidémico: del onanismo al satanismo. X Congreso Mundial de Sexología. Amsterdam, Junio, pp. 18-22.

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Acerca de Samuel Díez Arrese

Profesor del Máster en Sexología del Instituto de Sexología Incisex y la Universidad de Alcalá de Henares. Co-coordinador del programa de Sexología Avanzada. Blog: https://sexologiaenredessociales.wordpress.com/
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3 respuestas a Sexo falseado

  1. IsillaLM dijo:

    Bueno, en cuestión de tres días me he estado fijando en aquellas palabras que terminan en sexual, aquí las dejo: agente, atracción, autonomía, bestia, carencia, cliente, connotación, daño, decencia, dolor, experiencias, fantasía, fogosidad, gen, gestión, humor, inteligencia, juegos, meramente, pacto, parafilia, peligrosidad, pervertido, potencial,psicopatía, realidad, tipología, trabajadora, vídeo.

  2. atajou dijo:

    Hay muchos más ejemplos. Ahora mismo acabo de leer «pronóstico sexual». Me ha dejado perpleja… ¿cómo la lluvia?
    Sin pensar mucho se me ocurren: ánimo, artículo, duda, esclavitud, viaje
    Pero mi preferida es la chorrada sexual.
    😉

  3. atajou dijo:

    Venga que estoy inspirada: creación, temperatura, contacto, criatura.

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