Sexología y educación social, a propósito de la adolescencia y la transexualidad

portadaHace unos meses se presentó en Donostia el libro “#edusohistorias: un viaje por la educación social”, una publicación de relatos breves compilada por el equipo de educablog.

Ahí se recogen historias de vida en las que diferentes profesionales de la educación social han estado presentes y se ilustra parte de la rica variedad de ámbitos y espacios donde la intervención socioeducativa tiene interesantes cosas que aportar. Podemos decir que abre una ventanita a la vertiente humana de estos profesionales, que tan poco se cultiva y se atiende, en aras a la ilusión de objetividad o por un rigor profesional mal entendido.

Uno de los relatos que componen este libro es el texto que escribimos Elena Aycart y yo. En él encontraréis una intervención coordinada de educación social y sexología que realizamos un tiempo atrás, en una historia de vida que relacionaba adolescencia y transexualidad.

Su tema central es un tramo de la biografía sexuada de una chica inmersa en su grupo de amigas de aquel momento. En concreto el tiempo que duró el paso de Pepe a Pepa (que son los nombres que hemos elegido para el relato) y el papel que los profesionales desempeñamos. Se titula Mi pez espada: un viaje de ida y vuelta y podéis leerlo completo en este enlace.

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Aquel día en Donostia además tuvimos el gusto y el honor de contar con la presencia de la mayoría de sus protagonistas. A través de una de ellas pudimos escuchar las impresiones que tenían de aquellos días, lo que vivieron desde su lado. Hubo risas, nervios, sorpresas y, por qué no decirlo, hasta alguna lágrima. Pero, sin duda, lo mejor fue el maravilloso y emocionante reencuentro entre los que participamos en aquella historia más de una década después.

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Hemos hecho todo lo posible para que resulte un texto breve, de lectura fácil y rápida señalando algunas de las cuestiones que nos parecen más interesantes en acompañamientos (sexólogicos y socioeducativos) de este tipo. Por eso puede que su lectura resulte de interés tanto para ambos grupos de profesionales como para las propias familias de niños y niñas donde el hecho transexual sea una realidad o sencillamente pueda ser una hipótesis.

Y es que, si bien es cierto que para todo el mundo su tránsito por la infancia, la pubertad o la adolescencia como el chico o chica que se siente ser viene acompañado de una serie de dificultades comunes, no lo es menos que cuando está presente el hecho transexual se suma una nueva serie de dificultades añadidas.

Tránsitos en los que, tanto para las comunes por el hecho de ser sexuados como para las añadidas, los acompañamientos sexológicos que llevamos tiempo haciendo están demostrando ser de lo más útiles para el desarrollo tranquilo y coherente de las biografías sexuadas de estos chicos y chicas. Máxime cuando, como en el relato, trabajamos de manera coordinada con recursos socioeducativos de su zona.

En este sentido, podemos decir con toda la alegría y esperanza del mundo que hoy existen más y mejores recursos que entonces para hacer frente a algunas de estas dificultades añadidas. Por ejemplo, en aquellos años las familias no estaban organizadas, como lo están hoy desde la Asociación estatal Chrysallis, con Natalia Aventín en su presidencia o Saida García para la delegación de Madrid. O, más recientemente, la asociación Arelas, con Cristina Palacios, para la zona de Galicia. Así como otras entidades que han ido surgiendo con fuerza en este tiempo como Fundación Daniela, con África Pastor a la cabeza.

Entidades todas ellas que, al precio de mucho desgaste vital, están dando grandes pasos y logrando importantes avances en ir eliminando poco a poco un buen número de estas dificultades añadidas. Destacan principalmente las relacionadas con cuestiones administrativas, legislativas, mediáticas, políticas, sanitarias, etc., y que hasta la fecha, salvo anecdóticas excepciones, no se había logrado hacerles frente en el contexto de la infancia. Menos aún con la contundencia con la que se está logrando.

Por ello no puedo (ni quiero) dejar pasar la ocasión de agradecer a quienes considero que han hecho posibles que estas novedades empezaran a ser una realidad. En especial a Federico y Eva Witt, auténticas locomotoras humanas y promotores de muchísimas cosas que estaban surgiendo en ese reciente 2013, en torno a la infancia y la transexualidad. Entre otras muchas, la fundamental y visionaria de empezar a organizarse como asociación de familias. Y también con muchísimo (demasiado) desgaste vital. La verdad es que yo no sé muy bien cuándo, por mucho que se haga y diga, estará saldada la deuda de gratitud que el binomio “transexualidad e infancia” tiene con esta gran mujer y esta fecunda pareja. Así que, otra vez, gracias.

Por eso recuerdo con gusto cTransexualidad_e_infancia_jornadauando nos encontramos por primera vez en Madrid, en el verano de 2013, en una jornada breve, pequeña y humilde que organizó entre Sexorum y el Instituto de sexología Incisex. Muy fiel a nuestro estilo, tanto Almudena Herranz como yo queríamos una jornada sin mucho ruido porque íbamos a hablar de lo que por entonces apenas se empezaba a hablar salvo en círculos especializados: cómo abordar la transexualidad desde la propia infancia. No desde la pubertad o la adolescencia, cosa que ya llevaba algo más de tiempo más planteándose, sobre todo en otros países, sino desde la propia infancia. Cuanto antes, mejor.

Además, queríamos aprovechar que todavía no era un tema que estaba en la agenda pública, menos aún en la mediática, para darle el enfoque que más nos convence siempre en sexología, sobre todo, en referencia a la infancia: hablar más de conocimiento, riquezas y posibilidades que de las denuncias, miserias y discriminaciones. No tanto porque estas últimas no existan (vaya que sí existen) sino porque consideramos que, pese al brillo de su ausencia, es el tipo de aporte que se ha de ofrecer desde las diferentes áreas de estudio y conocimiento.

De ahí que, además de presentar la noción de transexualidad como una unidad epistémica de la sexología y no como el término tergiversado (¿usurpado?) para designar una unidad diagnóstica del campo médico y psicopatológico (exactamente igual que ha sucedido con la noción de intersexualidad), se presentó una experiencia relacionada con la infancia y la transexualidad en la que veníamos trabajando desde 2011 con nuestra compañera Miren Navarro y que estaba yendo muy bien. Así, Montse Ignacio, madre de Shaila y próximamente compañera sexóloga, Maika Uribesalgo, tutora del centro escolar y Miren Navarro, la sexóloga que realizaba el acompañamiento a Montse, nos fueron contando los detalles de cómo estaba siendo esa aventura de Shaila.

De vuelta a hoy, seguimos haciendo estos acompañamientos sexológicos a las familias que tanto están favoreciendo el desarrollo tranquilo y coherente de las biografías sexuadas de sus hijos e hijas desde su hecho transexual. También, por nuestra parte, cada vez con más conocimientos, más recursos y más posibilidades.

Curso_transexualidad_infanciaPor ejemplo, desde Sexorum y Chrysallis, llevamos casi un año ofreciendo un curso breve a distancia destinado principalmente a familias y profesionales y cuyo objetivo no es otro que comprender para poder acompañar, como subraya en una de sus charlas Aingeru Mayor, presidente de Chrysallis Euskal Herria. Ya han pasado por él unas cuantas familias con resultados que están siendo muy satisfactorios.

O, también, el trabajo para sacar adelante poco a poco la red estatal de profesionales de la sexología, que estamos poniendo a disposición de las familias y que en la actualidad ya da cobertura presencial a diez provincias del estado español.

De ahí también nuestro gran interés en coordinar estas intervenciones con los recursos y servicios donde estén profesionales de la intervención socioeducativa. Otro nuevo paso que estamos dando y que se abordará más adelante, en otra entrada. En definitiva, han sido muchos los pasos, grandes y pequeños, que se han dado en relativamente poco tiempo; y muchos los que quedan por dar.

En ello estamos, cada cual como puede y mejor sabe, en la medida de sus posibilidades. Desde esta sexología seguiremos insistiendo en que, desde el concepto de sexo, la transexualidad puede ser comprendida y explicada razonable y organizadamente como un hecho de diversidad por ser sexuados y no ya más (¡nunca más!) como un trastorno. Que, como no nos cansamos de insistir desde hace más de 100 años, en el campo de los sexos hay más variedades cultivables que trastornos tratables. Sapere aude, atrévete a saber.

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Acerca de Samuel Díez Arrese

Profesor del Máster en Sexología del Instituto de Sexología Incisex y la Universidad de Alcalá de Henares. Co-coordinador del programa de Sexología Avanzada. Blog: https://sexologiaenredessociales.wordpress.com/
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2 respuestas a Sexología y educación social, a propósito de la adolescencia y la transexualidad

  1. Arancha dijo:

    Es emocionante haber participado aunque sea mínimamente en todo esto. ¡Cuánto sexo nos falta todavía!

  2. Gracias, gracias y más gracias. Con este enfoque de la sexología se hace el camino hacía una mejor comprensión de la realidad. Me encanta que se estén dando tantos pasos hacía la normalización de la diversidad. A ver si más adelante puedo cursar el Master porque me parece supernecesario que hayan más profesionales en este campo tan maltratado.
    Seguimos en el camino.

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